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Con la llegada de la primavera y el aumento de las temperaturas, las diferentes especies de hormigas comienzan a colonizar los espacios urbanos.
Especialmente grave es el caso de la hormiga argentina (Linepithema humile) que está causando una auténtica invasión de nuestras ciudades, provocando además la desaparición de las especies autóctonas. La hormiga argentina es más rápida y voraz, es omnívora aunque se alimenta principalmente de azúcares (obreras) y proteínas (reinas y larvas), aunque la principal dificultad para acabar con la plaga reside en que una misma colonia puede tener varias reinas, por lo que la formación de huevos y el crecimiento de la población se hacen casi imparables.
Algunas de las claves para mantener a raya a esta hormiga son: evitar la formación de basuras y zonas húmedas y reducir su acceso a las fuentes de alimento, tapar grietas de acceso al interior, y la aplicación de insecticidas en forma de cebo no repelentes de efecto retardado, que permitan la transmisión del alimento al interior de la colonia sin crear rechazo hacia el cebo.
Para ello lo mejor es combinar granulados con base azucarada en zonas exteriores (ZAKRON®) y geles con base azucarada y proteica en el interior de las estancias (BIOGEL ANTS), y revisar los puntos de cebado durante las 3-4 semanas siguientes, reponiendo el cebo hasta conseguir la eliminación de la colonia.